Olas en abundancia, a todas horas, olas grandes, medianas y pequeñas, olas solitarias, sin aglomeraciones, olas cristalinas, olas con resaca… Así es el destino con el que sueñan cada día los amantes del surf y esto es lo que nos encontramos en cada costa que rodea la isla de Oahu: un mar rebelde esperando a que alguien entre a amansarlo. Es el espíritu Aloha, un collar de orquídeas y una longboard debajo del brazo. Un atrezzo que es incorporado en cada una de las escenas cotidianas, como en el camión de los bomberos, o como pomos en las puertas de un fast food. Es una rutina, un que hacer cotidiano, igual que la tortilla en España o el té en Gran Bretaña.
Por eso, no es extraño que el agua esté invadida de surferos aunque, al contrario que en otros destinos, aquí no tienen que pelearse: hay olas para todos. Mientras, el padre espera a los pies de la playa de Waikiki, inmortal, de piedra, para que todas las generaciones de surfistas puedan rendirle homenaje. Algunos lo fotografían, otros en cambio le cuelgan un lei (collar típico hawaiano) de los brazos. Es el Duke Kahanamoku, el creador del surf, el rey de las olas.
Practicado por un 90% de la población hawaiana, es imposible abandonar Oahu sin haberse subido a una de estas tablas. Los puestos de alquiler recorren la costa ofreciendo a los turistas monitores especializados capaces de poner de pie sobre las tabla a los novatos (o incluso a los más descoordinados). Hay que tener en cuenta de que los instructores llevan la mayor parte de su vida practicando este deporte, por lo que saben perfectamente mostrar las mejores técnicas a aquellos que quieran intentarlo.
Aunque existen diferentes modalidades: surf, longboard, stand up paddle surfing o bodyboard, lo cierto es que para empezar lo mejor es alquilar un longboard, ya que es más estable y nos permitirá mantenernos de pie durante más tiempo. Además, es la tabla favorita de los hawaianos, ya que es la más frecuente de ver no sólo en las playas, sino también en los monumentos. Pero, como cuna del surf, el agua de Hawai es de lo más agitada, por lo que cuenta con corrientes muy fuertes y en la mayoría de las playas hondea la bandera roja. Hay que tener especial cuidado, ya que muchas de estas playas son vírgenes y no hay vigilantes. Por ello, la isla de Oahu cuenta con una línea directa para monitorizar la altitud de las olas y poder revisar con antelación si es un buen día para surfear, lo que es muy recomendable antes de meterse en el agua.
El Stand Up Paddle Surfing
Sin embargo, la cuna del surf no sólo se limita a coger olas con un longboard, tabla de surf o bodyboard, sino que disponen de otras variantes muy curiosas como el stand up paddle surfing, que consta de una tabla y un remo. Es uno de los deportes más practicados en la isla de Oahu, después del surf tradicional.
Esta modalidad, inventado por los hawaianos y conocido como Ku Hoe He’e Nalu, es algo más complicada, ya que hay que mantenerse de pie constantemente en la tabla (normalmente una longboard). El surfista en vez de adentrarse en la mar tumbado y remando con los brazos, en este otro deporte se mantiene de pie y se ayuda de un remo. Requiere más estabilidad y concentración, ya que es bastante duro sortear las grandes olas hawaianas.
La Outrigger
Es una de las embarcaciones más típicas de las islas hawaianas, además de que es muy frecuente verlas en el mar o en la arena. Muchos puestos en donde alquilan tablas cuentan con alguna Outgrigger de la que puedes disponer durante unas horas. Sin duda, una buena opción para navegar en compañía por la costa de Oahu.
Quizá, además de las increíbles olas, uno de los aspectos que más atraen a los turistas a probar este deporte es el ambiente que lo rodea: gente joven, deportistas, de todas partes del mundo y siempre dispuestos a ayudar y enseñar. El saludo está en cada calle, en cada habitante: un pulgar e índice levantados acompañados de un Aloha! ¡Espectacular!
Imágenes
euromodels.ch
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