Lima
Doce horas después de despegar en Barajas, estábamos aterrizando en el aeropuerto de Lima, situado en El Callao, a pocos kilómetros de la capital y donde se encuentra el puerto comercial más importante del país.
La Capital de Perú tiene oficialmente 8 millones de habitantes pero se calcula que en realidad pueden ser alrededor de 12 millones, pues en los últimos años ha habido un movimiento migratorio muy grande desde el campo y de hecho en las afueras se pueden ver barrios llenos de favelas que carecen de los mínimos servicios.

Nos dirigimos directamente al hotel, situado en el barrio de San Isidro, que junto al de Miraflores son los dos barrios residenciales más seguros de la ciudad. El hotel se llama Los Delfines, muy recomendable y cuyo principal atractivo es un gran acuario con delfines en la planta baja.
Esa misma noche, salimos a cenar al restaurante Costa Verde, en playa barranquito del barrio de Miraflores y que tiene el Récord Guinness por su gran variedad de platos de buffet; entre otros pudimos degustar el cebiche, una de las especialidades típicas del país. También probamos el Pisco Sour, considerada bebida nacional y que está compuesta de licor de uva con jugo de limón, azúcar y clara de huevo.
El día siguiente lo dedicamos a visitar el centro histórico de la ciudad. En primer lugar vamos a la Plaza Mayor donde se encuentra la Catedral, construida a imagen y semejanza de la de Sevilla y donde descansan los restos de Francisco Pizarro.

También visitamos el Convento de Santo Domingo, el más antiguo de la ciudad y donde se encuentran los restos de Santa Rosa de Lima y de San Martín de Porres; la Casa de Pilatos construida por el jesuita Luis Portillo y que debe su nombre al parecido con la de Sevilla. En la Plaza de Armas se encuentra el Palacio del Gobierno, también conocido como Casa de Pizarro, pues fue la sede administrativa del Gobierno del Conquistador.
Respecto a los museos, el que más nos gustó y no debe dejar de visitarse es el Museo del Oro. Ese día comimos en el restaurante La Rosa Náutica, en Miraflores, a pie de playa y con una excelente vista del Pacífico.
Después de tres días en Lima, tomamos un vuelo hacia Cuzco.
Cuzco
Al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco de Cuzco, que se encuentra a unos 3.400 metros de altitud, es bastante probable que te empiece a afectar un intenso dolor de cabeza. Esto se debe al mal de altura. Es por ello que nada más llegar al hotel, a nosotros nos han ofrecido una bolsita con hojas de coca para que las masticásemos tumbados en la cama y así, al cabo de unas horas, estábamos ya aclimatados y en disposición de empezar a disfrutar de nuestro viaje. Nosotros nos alojamos en el Hotel Libertador, de 5 estrellas y que en el siglo XVI fue la última residencia de Francisco Pizarro, primer gobernador español de Perú.

El hotel se encuentra en el centro histórico y a sólo tres manzanas de la Plaza de Armas, centro neurálgico de esta ciudad de 500.000 habitantes. Lo primero que nos sorprendió es que a diferencia de la peligrosidad de Lima, por Cuzco podíamos pasear de día o de noche con total tranquilidad.
Visitamos el Koricancha o Templo del Sol, llamado así porque los Incas lo revistieron de oro; hoy se levanta sobre él el Convento de Santo Domingo. En la Plaza de Armas entramos en la Catedral y en la Iglesia de los Jesuitas. En los alrededores de Cuzco se encuentra el Sacsayhuaman, fortaleza Inca construida con piedras de más de 9 metros de altura y ensambladas con precisión milimétrica.
Machu Picchu
Después de dedicar dos días a visitar Cuzco nos preparamos a viajar hasta Machu Picchu, para lo que podemos escoger tres maneras de hacerlo. La más tradicional es realizar el camino Inca a pie para lo que necesitaremos 4 jornadas y contratar un guía local. Dado que no disponemos de tantos días, optamos por una de las otras dos.

La subida, de aproximadamente 6 kilómetros, es estrecha y con muchas curvas de 180º al lado del precipicio. Los autobuses son viejos y los neumáticos hace años que no han sido cambiados. Según vamos subiendo pensamos qué pasaría si aparece otro autobús en contra. Hay quién opta por subir a pie, pero no es recomendable pues en esos 6 kilómetros hay que salvar un desnivel de 700 metros.

