En total cuenta con cuatro pequeños balcones, dos exteriores y dos interiores, acomodados con colchonetas y cojines donde se puede disfrutar de una exquisita comida o cóctel estirado justo encima de la playa o el agua, dependiendo de la marea. Para entrar en el local, tanto a su terraza como al comedor que la antecede, es imprescindible descalzarse en su entrada, una costumbre extendida en el resto de lugares de la isla.
Un restaurante sobre el mar
En total cuenta con cuatro pequeños balcones, dos exteriores y dos interiores, acomodados con colchonetas y cojines donde se puede disfrutar de una exquisita comida o cóctel estirado justo encima de la playa o el agua, dependiendo de la marea. Para entrar en el local, tanto a su terraza como al comedor que la antecede, es imprescindible descalzarse en su entrada, una costumbre extendida en el resto de lugares de la isla.